El cachemir es mucho más que una simple materia, es una experiencia sensorial, una historia de tradición y saber hacer, y una declaración de estilo atemporal.
El cachemir proviene de la lana fina y sedosa de las cabras cachemira, originarias de las mesetas del Himalaya. Solo se conservan las fibras más suaves para garantizar una calidad excepcional.
2. EL ESQUILADO
En primavera, las cabras son esquiladas para recolectar su valioso vellón. Esta etapa requiere precisión y respeto por el animal para preservar la longitud y la finura de las fibras.
3. EL LAVADO
La lana cruda se clasifica minuciosamente para eliminar impurezas, y luego se lava para revelar su suavidad natural.
4. LA SEPARACIÓN
Las fibras se separan según su longitud y finura. Solo las más finas, con textura ligera y regular, se destinan a la confección del cachemir.
5. EL HILADO
Una vez peinadas, las fibras se hilan para obtener un hilo suave, flexible y resistente, listo para ser trabajado.
6. LA CONFECCIÓN
Los hilos se tejen o se tricotan para dar vida a las piezas de cachemir. Un último lavado realza su tacto y refuerza su flexibilidad.
NUESTRO CONSEJO
DE MODA
Lleve el cachemir directamente sobre la piel para apreciar toda su suavidad. Combine un suéter fino con un pantalón recto o con una falda fluida para un estilo sobrio, femenino y atemporal.
LAS VENTAJAS
Cálido, suave y ligero, el cachemir ofrece un confort inigualable. Su fibra natural aísla del frío manteniéndose transpirable. Duradera y flexible, conserva su belleza temporada tras temporada.
NUESTRO CONSEJO
CUIDADO
Lave a mano o en programa para lana con agua fría, usando un detergente suave. Seque en horizontal, protegido del calor, y guarde doblado para preservar la forma y la textura de la prenda.